El 12 de noviembre de 1928 México dio un paso importante hacia la institucionalización, mediante la creación de la Asociación de Bancos de México (ABM), hasta el día de hoy uno de los pilares del sector financiero del país.
La iniciativa surgió tan sólo tres meses antes, cuando se llevó a cabo la segunda Convención Nacional Bancaria, por lo que en el texto redactado por don Ignacio Albo, delegado del Banco Mercantil de Monterrey se plasmó la idea de “agrupar a las instituciones y establecimientos dedicados al ejercicio del crédito”.
La primera sede fue en la esquina de Plateros y San Juan de Letrán, hoy avenida Madero y Eje Central, lugar dónde fue levantada la Torre Latinoamericana, rascacielos que albergó a la ABM hasta el 11 de septiembre de 1994, cuando pasó su actual dirección de 16 de Septiembre 27, en el mismo Centro Histórico.
Desde Alberto Mascareñas, primer presidente de la Asociación, hasta Enrique Castillo Sánchez Mejorada, han sido 58 hombres los que han estado al mando a lo largo de los 80 años de historia de la ABM.
Don Alberto también se distinguió por ser el primer director general del Banco de México, creado tan sólo tres años antes, y en el lustro de 1925 a 1930 también surgió la Comisión Nacional Bancaria.
Sin embargo, los crecimientos de estos pilares del sistema financiero nacional, que han permanecido intactos hasta nuestros días, tienen su origen en la creación de organismos y legislación que en algunos casos se remonta al siglo XIX.
Es así como en algún momento surgieron el Banco de Avío (1830) como precursor de Nacional Financiera; el Banco de Londres, México y Sudamérica (1864); el Banco Nacional Mexicano (1882); el Banco Mercantil Mexicano (1882); el Banco Hipotecario Mexicano (1883); el Banco de Empleados (1883); El Banco Nacional de México (1884); el Código de Comercio (1854, 1884 y 1889) y la Ley General de Instituciones de Crédito (1897).
Esta último se actualizó ya entrado el siglo XX para dar lugar a la versión de 1924, año en que se celebró la primera Convención Nacional Bancaria, además de la expedición de la expedición de la Ley General de Instituciones de Crédito y Establecimientos Bancarios (1926).
En 1921, después de terminado el periodo revolucionario, arrancó de manera formal la etapa legislativa referente al esquema financiero y en ese entonces había un total de 25 bancos de emisión, re hipotecarios y siete refaccionarios creados según las disposiciones de la Ley General de Instituciones de Crédito de 1897.
Uno de los primeros acontecimientos ocurridos en la etapa inicial de la ABM fue la sustitución de la Ley General de Instituciones de Crédito y Establecimientos Bancarios de 1926 por la versión de 1932, bajo la Ley General de Titulos y Operaciones de Crédito, que fue modificada en 1941, quedando como la Ley General de Instituciones de Crédito y Organizaciones Auxiliares, reformada posteriormente en 1970 y 1975.
En 1930 se fundó la Comisión de la Moneda con el fin de procurar la estabilidad del valor de la divisa mexicana y la normalización de los tipos de cambio, como resultado del deterioro de la balanza comercial y de la actividad productiva, además de la inestabilidad en precios y del desempleo producto de la Gran Depresión.
Durante la SGM, el país recibió una gran entrada de divisas, pero no estaba en condiciones de destinarlos a proyectos de desarrollo, por lo que hubo un efecto inflacionario producto del aumento en el circulante.
Para solucionar el Problema, los bancos receptores de los recursos excedentes se comprometieron a congelar al 100 por ciento de los recursos redundantes, mediante el llamado “convenio de caballeros”.
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